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Conservación de los alimentos. Parte 5 – El congelador (II).

3 min de lectura

En la anterior entrada hicimos una extensa introducción al congelador, centrándonos en su organización, orden e higiene. En esta vamos a entrar ya en materia hablando sobre qué alimentos podemos congelar y cuales no, cual es el tiempo de conservación de los alimentos congelados y, sobre todo, de la parte más crítica de todo el proceso, que es la descongelación.

¿Qué podemos congelar?

Por regla general hoy en día podemos congelar la mayoría de los alimentos. Nuestra recomendación es congelar todos aquellos alimentos frescos que no vayamos a consumir en un máximo de dos días después de adquirirlos. Y cuanto antes los congelemos, mejor. Hablamos, por supuesto, de carnes y pescados, pero también de fiambres y embutidos, legumbres, verduras y frutas y de elaboraciones ya cocinadas.

¿Qué no podemos congelar?

Lo cierto es que no hay nada que no podamos congelar. Sin embargo, también es acertado decir que hay alimentos que una vez descongelados pierden cualidades a nivel de sabor o textura.

Este es, por ejemplo, el caso de aquellas verduras o fruta que vayamos a consumir en crudo. Lo mismo sucede con la pasta o el arroz ya cocinados, los huevos enteros o alimentos ya fritos.

¿Cuánto tiempo podemos tener congelado un alimento?

AlimentoTiempo
Frutas y verduras8-12 meses
Carnes de vacuno, cordero y cerdo6-12 meses
Carne de pollo9-12 meses
Carne picada3-4 meses
Fiambres y embutidos1-2 meses
Huevo (sin cáscara)12 meses
Pescado blanco6-8 meses
Pescado azul2-3 meses
Marisco3-6 meses
Sopas y guisos2-3 meses

Descongelación de los alimentos.

Como decíamos en la introducción, la descongelación es un paso crítico que debemos realizar correctamente para poder disfrutar de nuestros alimentos congelados con el máximo de garantías sanitarias.

Existen distintos modos que permiten una óptima descongelación siempre que sigamos los pasos adecuados. Nuestro método preferido es hacerlo con tiempo y en la parte baja de la nevera. Por eso hemos implementado en nuestra aplicación el sistema de notificaciones personalizables para recordar qué tenemos para comer al día siguiente y poder realizar este proceso tranquilamente.

Sin embargo, sea por falta de tiempo o de previsión, en ocasiones nos encontramos con que debemos descongelar un alimento con cierta urgencia. Para estos casos disponemos de dos alternativas:

  • La primera es utilizar el microondas. Sin embargo, se trata de un método de descongelación que debemos saber utilizar correctamente, ya que a todos nos ha pasado eso de descongelar carne en el microondas y que quede una parte ya cocinada. Para que esto no suceda la recomendación de los fabricantes es poner el microondas en función de descongelado y fijar el tiempo en dos minutos tras los cuales procederemos a comprobar como evoluciona el proceso, aprovechando para separar las porciones que podamos tener y repitiendo el proceso hasta terminarlo.
  • La segunda alternativa es la inmersión en agua fría del alimento que necesitemos descongelar. Evidentemente es un método más lento que el microondas, pero nos permite no tener que estar pendientes del proceso.

Finalmente, no debemos olvidar que hay casos en los que nos podemos saltar el proceso de descongelación directamente. Los guisantes son un ejemplo perfecto ya que los podemos echar en la sartén en la que vayamos a saltearlos directamente sin necesidad de descongelarlos. Lo mismo sucede con muchas otras verduras, ya sean salteadas o hervidas.

Trucos especiales para conseguir el “milagro” con los panes y los peces.

Quien no tenga en el congelador pan y pescado que tire la primera piedra… Sin embargo, no es nada sencillo conseguir un resultado perfecto en el proceso de descongelación de ambos productos.

Evidentemente, en el caso del pescado lo mejor es realizar tranquilamente el proceso con antelación, dejando que se descongele en una bandeja en la parte baja de la nevera. El problema surge cuando tenemos prisa y tenemos que recurrir al microondas, ya que su alto contenido en agua hace que sea muy fácil que se cocine realizando este proceso. En este caso, lo que recomendamos es acortar los tiempos y comprobar su estado cada minuto (en lugar de los dos mencionados anteriormente). También es muy útil pasarlo por agua antes de introducirlo en el micro para eliminar la capa de hielo que muchas veces se forma.

El caso del pan es muy distinto, ya que para nosotros el secreto está en dos detalles. En primer lugar lo congelamos ya cortado en rebanadas o por la mitad si se trata de una barra, con lo que es mucho más sencillo descongelar únicamente el que necesitamos. Pero lo más importante es que nunca lo descongelamos en el microondas, sino que usamos la tostadora o la plancha, consiguiendo un resultado realmente fantástico.

Con esto finalizamos esta serie de 5 artículos sobre la conservación de los alimentos, aspecto que consideramos esencial como complemento a la correcta planificación y organización de la compra semanal. Esperamos que os haya resultado interesante y útil y os invitamos a dar vuestra opinión al respecto en nuestras redes sociales.

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