- Beber agua regularmente a lo largo del día y llevar una botella de agua contigo (y si es un termo que la mantenga fresca, mejor que mejor).
- Añadir rodajas de limón, pepino o frutas frescas a tu agua para darle sabor.
- Consumir alimentos con alto contenido de agua, como sandía, melón y pepino.
- Evitar el consumo excesivo de bebidas azucaradas y alcohólicas, ya que tienen el efecto contrario.
- Optar por bebidas isotónicas o agua de coco para reponer electrolitos perdidos por la transpiración.
- Establecer recordatorios o utilizar aplicaciones móviles para asegurarte de beber suficiente agua a lo largo del día. No debemos esperar a tener sed para hidratarnos.
- Mantener tu botella de agua en un lugar visible y accesible para acordarte de beber.
- Evitar la exposición excesiva al sol durante las horas más calurosas del día y buscar sombra cuando sea necesario.
- Utilizar ropa ligera y transpirable, y protegerse con sombrero y gafas de sol para minimizar la pérdida de agua por la transpiración.
- Prestar atención a las señales de deshidratación, como sequedad en la boca, sed intensa, mareos o fatiga, y actuar en consecuencia.