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Alimentación de niños y adolescentes. Introducción.

6 min de lectura

Todos tenemos, de un modo u otro, relación con peques y adolescentes. Ya sea como madres y padres, como abuelas y abuelos, como tías y tíos… prácticamente todo el mundo la tiene. Y como figuras adultas que somos para ellos, intentamos (con mayor o menor nivel de responsabilidad y éxito) proporcionarles todo aquello que necesitan y educarlos del mejor modo posible en función de su edad. Una correcta alimentación debe formar parte importante de esa educación ya que no solo les permitirá crecer y desarrollarse del modo correcto sino que también sentará las bases de una serie de hábitos alimentarios que les resultarán importantísimos en su etapa adulta.

Cierto es que la alimentación desempeña un papel fundamental en la vida de todos y cada uno de nosotros, pero cobra especial importancia en el crecimiento, desarrollo y bienestar de los niños y adolescentes entre las edades de 3 y 16 años. Durante esta etapa crucial de su vida, es esencial proporcionarles una dieta equilibrada y saludable que les brinde los nutrientes necesarios para alcanzar su máximo potencial físico, cognitivo y emocional.

Sin embargo, en esta sociedad en la que nos ha tocado vivir, llena de opciones alimentarias poco saludables, hábitos sedentarios y una constante exposición a la publicidad de alimentos procesados, además de la enorme influencia de las presiones sociales y culturales, garantizar una alimentación adecuada se ha convertido en un desafío para todas aquellas personas que estamos a su cargo.

En la extensa serie de artículos que iniciamos hoy, exploraremos en detalle los puntos más importantes relacionados con la alimentación de nuestros menores, desde la importancia de una nutrición equilibrada y el control de las porciones, hasta el importante papel del desayuno, las meriendas saludables y su participación en la cocina. Además, hablaremos también de la relevancia de la actividad física y de cómo evitar presiones excesivas entorno a la comida.

En todo caso, hay un elemento esencial común en todos ellos que es de especial importancia: los adultos debemos predicar con el ejemplo. Nuestros peques son esponjas que actúan casi siempre por imitación de lo que hacen sus mayores, y si nosotros mantenemos una alimentación sana y equilibrada nuestras posibilidades de éxito a la hora de educarlos nutricionalmente crecen exponencialmente. Son curiosos por naturaleza y debemos aprender a “utilizar” esa curiosidad en nuestro favor. Dejarles probar nuevos alimentos, descubrir nuevos sabores, jugar y experimentar con la comida y los distintos modos de prepararla, involucrarles en la planificación y elaboración de sus recetas preferidas. En resumen, convertir la cocina en un lugar divertido e interesante.

Nuestra intención con esta serie de artículos es ayudar a comprender y abordar estos aspectos claves para promover en los más pequeños de la casa hábitos alimentarios saludables que sienten unas sólidas bases para que tengan una vida adulta saludable, equilibrada y llena de energía. Para ello, como siempre, buscaremos daros un punto de vista lo más comprensible y práctico posible.

Además, dejadme que os cuente un secreto: la mayoría de las cosas que expondremos y de los consejos que os daremos ayudarán también a muchos adultos… así que aunque no tengáis peques por casa, os invitamos a no perderos ninguno de ellos.

Aquí va un pequeño avance del contenido de cada entrega de esta nueva serie:

I. Nutrición equilibrada: la base de una alimentación saludable.

La nutrición saludable y equilibrada es fundamental para el crecimiento y desarrollo adecuado de nuestros pequeños y adolescentes. En este artículo expondremos las diferencias entre su alimentación y la de los adultos y exploraremos los distintos grupos de alimentos esenciales y los nutrientes clave que deben estar presentes en su dieta. Hablaremos también sobre la importancia de incluir frutas y verduras, granos enteros, proteínas magras y lácteos en las comidas diarias. Y explicaremos cómo estos alimentos proporcionan las vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales que son necesarios para un desarrollo saludable y un sistema inmunológico fuerte.

II. Control de porciones: aprender a comer adecuadamente.

En un entorno donde las raciones de comida son cada vez mayores, enseñarles a controlar el tamaño de las porciones es crucial para evitar el sobrepeso y la obesidad y los problemas de salud que derivan de ello. Propondremos estrategias prácticas para ayudar a las niñas y niños a comprender y controlar las porciones de comida, como el uso de platos más pequeños y la técnica de la mano abierta. También hablaremos de la importancia de aprender a escuchar las señales de hambre y saciedad que el cuerpo envía y de cómo fomentar una relación saludable con la comida.

III. El papel del desayuno: Energía para comenzar el día (despierta el tigre que hay en ti 😉).

El desayuno es considerado la comida más importante del día, especialmente para los niños y adolescentes al estar en una etapa de crecimiento. En este artículo expondremos los beneficios de un desayuno saludable y equilibrado, como el aumento de los niveles de energía, la mejora del rendimiento académico y la regulación del apetito durante el día. Proporcionaremos también ideas prácticas de desayunos nutritivos y deliciosos que podemos prepararles.

IV. Meriendas saludables: Combatiendo la tentación.

Las meriendas son una parte importante de la alimentación de los niños y adolescentes, ya que les ayudan a mantener los niveles de energía y evitan el consumo excesivo en las comidas principales. Sin embargo, es fundamental elegir opciones saludables, evitando los alimentos procesados repletos de azúcares añadidos. En este artículo, ofreceremos también propuestas de meriendas saludables y sabrosas para que las puedan disfrutar.

V. Participación de los niños en la cocina: Aprendiendo a amar los alimentos saludables.

Involucrar a los pequeños de la casa en la planificación y preparación de comidas puede tener un impacto positivo muy significativo en su relación con la comida, sus preferencias alimentarias y la amplitud de sus gustos, así como su disposición a probar cosas nuevas. Hablaremos de los beneficios de permitir que los niños participen en la cocina, desde el desarrollo de habilidades culinarias básicas hasta el incremento de su interés por los alimentos saludables. Proporcionaremos consejos prácticos para incluirlos en la planificación y preparación de comidas y compartiremos recetas simples y saludables que poder disfrutar juntos.

VI. Evitar presiones y restricciones excesivas: Promoviendo una relación saludable con la comida.

Es importante abordar la alimentación de las niñas y niños y también de los adolescentes desde una perspectiva emocional, que evite presiones excesivas y restricciones innecesarias. Discutiremos cómo las presiones sociales y culturales pueden influir en la relación de los jóvenes con la comida y su imagen corporal. Os brindaremos consejos sobre cómo fomentar una relación saludable con la comida, como promover la variedad de alimentos, alentar la escucha del cuerpo y evitar comentarios negativos sobre el peso y la apariencia, tanto propios como de los demás.

VII. Importancia de la actividad física: Equilibrando la alimentación con el movimiento.

De modo complementario a una alimentación saludable, la actividad física regular es esencial para el desarrollo integral de los más pequeños de la casa. Si cuidamos lo que comemos también debemos tener en cuenta cómo ejercitamos nuestro cuerpo. En este artículo, destacaremos los beneficios de la actividad física, como el fortalecimiento de los músculos y huesos, la mejora de la salud cardiovascular y la reducción del riesgo de enfermedades crónicas. Y propondremos recomendaciones generales de actividad física para diferentes grupos de edad, proporcionando ideas divertidas y creativas para mantener a los niños y adolescentes activos.

En resumen, la alimentación de los niños y niñas y adolescentes entre 3 y 16 años desempeña un papel vital en su crecimiento, desarrollo y bienestar general. Mediante la promoción de una nutrición equilibrada, el control de porciones, el consumo de desayunos y meriendas saludables, su participación en la planificación y elaboración de las comidas, la práctica de actividad física regular y la promoción de una relación saludable con la comida, podemos sentar las bases para una vida adulta sana y equilibrada. Si bien hay múltiples desafíos en el camino, con el apoyo adecuado de madres, padres y profesionales de la salud, podemos ayudar a los más pequeños a adoptar hábitos alimentarios saludables que los acompañarán a lo largo de su vida y les permitirán alcanzar todo su potencial físico, psicológico y emocional.

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